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Mujeres en la música es una asociación de ámbito nacional que trabaja en potenciar, divulgar y promocionar el papel de las mujeres en la música clásica, especialmente en los aspectos tradicionalmente más desatendidos.

FESTIVAL DE GETXO 2009 10 DE MAYO: RECITAL DE CANTO Y PIANO

NOTAS AL PROGRAMA por Mercedes Zavala Gironés

Las compositoras programadas hoy coinciden en haber sido recordadas y a la vez anuladas por los dos compositores con los que se relacionaron estrechamente: Robert Schumann, esposo de Clara Wieck y Félix Mendelssohn, el hermano pequeño de Fanny Mendelssohn; sus vidas, sus estudios, su creación, están íntimamente conectadas y son de alguna forma inseparables. Pero Clara Wieck y Fanny Mende1ssohn tienen importancia propia y relevancia como compositoras.

Clara Wieck (1819-1896), quien al casarse pasaría a ser conocida como Clara Schumann, fue una figura pública internacional, una de las pianistas más admiradas de entre los de su tiempo, compitiendo en fama con Mendelssohn y Liszt. Su carrera fulgurante empezó como niña prodigio bajo la estricta educación de su padre, quien también la dirigió desde temprano hacia la composición. Cuenta entre sus primeras obras con un Concierto para piano y orquesta. Después alternó de manera bastante discontinua -por sus cargas como madre (tuvo ocho hijos) y esposa- su carrera pianística con la composición. Lo más destacable de su catálogo son las obras para piano, muchas de las cuales estrenó ella misma y fueron bastante apreciadas; también sus lieder y un precioso Trío que probable¬mente es su obra más conocida hoy en día.
Su escritura pianística refleja su dominio del instrumento, y aunque difícil y a veces virtuosística, busca siempre una poética personal. La influencia de Robert Schumann es evidente (y recíproca, no hay que olvidarlo, pues les gustaba jugar a intercambiar los temas musicales o a parafrasear uno al otro en sus obras, a veces por sorpresa); pero también la de Félix Mendelssohn o la de Chopin, a quienes había incorporado a su repertorio de conciertos junto a las obras de su marido.
Precisamente Chopin parece que alabó con gran entusiasmo las Cuatro piezas características op. 5 cuando las escuchó. Estas piezas, escritas entre 1833 y 1836, Y estrenadas por ella misma, llegaron a ser bastante populares, especialmente la primera, que al principio llevaba el nombre de Hexentanz, después titulada Le Sabbat, en alusión al movimiento de la Sinfonía Fantástica de Berlioz, que había conocido recientemente por la transcripción de Liszt. De ella recoge el carácter fantástico-demoníaco e incluso algunos materiales musicales que son fácilmente reconocibles en este citado primer movimiento y en el último, la escena fantástica: Le Ballet des Revenants.
La otra parte importante de su catálogo está dedicada al lied. Los Sechs Lieder aus Jucunde op. 23, escritos en 1853 sobre textos extraídos de la novela Jucunde de Herman Rollet, publicada ese mismo año, son una buena muestra del buen hacer de la compositora en este género tan especial y delicado. Liszt mostró su preferencia por el n"3, "Geheimes Flüstern hier und dort", al incluir la transcripción para piano en su Álbum de Lieder von Robert und Clara Schumann.


Fanny Mendelssohn (1805-1847), después de su matrimonio conocida como Fanny Hensel, tuvo una educación privilegiada en el seno de una familia que después de darle tales posibilidades le negó el convertir sus dotes de niña prodigio en una profesión. Las piezas que escuchamos hoy fueron ya publicadas después de su muerte y reflejan el inmenso talento de Fanny Mendelssohn para la creación musical. Los Cuatro Lieder ohne Worte op.8, (Canciones sin palabras) muestran la riqueza armónica y natural conducción melódica características de su escritura, así como su capacidad para emocionar. Pero ésta es aún más evidente en el ciclo de Lieder Op.7. Compuestos entre 1943 y 1946, ya la elección de los textos y los poetas demuestra su nivel cultural e intelectual. En esta Op.7 se alternan poemas de Eichendorff, Goethe, Rückert y Lenau, figuras señeras de la poesía alemana del momento. Los afi¬cionados al lied reconocerán con facilidad el texto de Rückert, "Du bist die Ruh", como el mismo que musicó Schubert, y que parece que ella conocía. Fanny Mendelssohn cultivó con profusión y acierto el lied. Algunos de ellos se publicaron bajo el nombre de su hermano, integrados en sus ciclos, lo que era habitual en la época. Es famosa la anécdota que cuenta el propio Félix de cómo la Reina Victoria mostró tanta predilección por el lied Italien que tuvo que acabar reconociendo que era de su hermana ("!fue duro para mí!", afirma él mismo narrando el episodio). Es quizás en este género donde la historia tiene la deuda más flagrante con la compositora. La belleza de sus melodías, su madurez en la comprensión de los textos y la facilidad para crear una atmósfera intensamente poética no permite equívocos sobre la necesidad de incorporar al repertorio del lied estas piezas y muchas otras de gran belleza que contiene su producción.

Mercedes Zavala, compositora y presidenta de Mujeres en la Música

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