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Mujeres en la música es una asociación de ámbito nacional que trabaja en potenciar, divulgar y promocionar el papel de las mujeres en la música clásica, especialmente en los aspectos tradicionalmente más desatendidos.

FESTIVAL DE GETXO 2009: RECITAL DE ACORDEÓN POR DAVID GORDO

NOTAS AL PROGRAMA por Susan Campos Fonseca

Sofia Gubaidulina (Tartaristán,1931), una las principales figuras de la Música de Arte Internacional, compuso De profundis (1978), como la primera de una serie de obras para bayan (un acordeón cromático de botones) y conjunto, que, en opinión de la musicóloga Laurel E. Fay, han ampliado enormemente los horizontes técnicos y expresivos de este instrumento, “enriqueciendo el repertorio concertístico contemporáneo y elevando el estatuto de un instrumento típicamente asociado al folclore y a géneros poco cultos.”
De profundis, estrenada en Moscú en 1980, cuyo título deriva del Salmo 130 (“Desde lo más profundo clamo a ti, Señor”), fue el producto de la colaboración activa entre la compositora y el reconocido acordeonista Friedrich Lips. A este respecto, Laurel E. Fay expone como “Gubaidulina, que no es bayanista, atribuye a Lips, cuya capacidad interpretativa había estudiado exhaustivamente, la habilidad técnica y la inspiración que le permitieron componer la obra. Lips, por su parte, manifestó que la compositora, con su vivaz e intuitiva clarividencia, había sido la responsable de efectos antes inimaginables en las texturas y sonidos. Entre las características novedosas de la composición se encuentran glissandi, clusters disonantes y, lo que resulta especialmente notable, las vívidas sugestiones que se hacen de cualidades tan “humanas” como el temblor, la respiración, los jadeos o los gemidos. En un momento decisivo, justo antes de la parte final, el silencio se ve interrumpido únicamente por unos “suspiros” inquietantes producidos por el movimiento de los fuelles. (…) La música se desarrolla en tres episodios, cada uno de ellos coronado por un “coral” de acordes triádicos. Aunque la obra no es una representación programática del texto del salmo, su esencia simbólica es evidente. La música migra gradualmente en una transformación controlada desde los registros más graves del instrumento hasta los más agudos, desde las profundidades más oscuras hasta el resplandor celestial” (Ciclo “Carta Blanca”, OCNE, 2009).

En 1989 la compositora vasca Zuriñe Fernández Guerenabarrena (Vitoria/Gasteiz en 1965) escribió su primera obra para acordeón sólo titula Arnasa (“aliento”), compuesta con motivo del homenaje que la ciudad de Vitoria/Gasteiz tributó al escultor Jorge Oteiza, el 2 de febrero de 1989 en el Conservatorio de Música “Jesús Guridi”. Arnasa fue estrenada por la propia compositora, y ha sido obra obligada en el "Certamen Internacional de Arrasate" de 1998. En relación a Arnasa, la compositora comenta: "me basé en el texto "Quosquen tandem", donde Oteiza explica sus ideas sobre el vacío, para desarrollar una obra que gira entorno al sonido, yendo y viniendo del silencio, como un halo, una respiración, un aliento del fuelle del acordeón que se abre y se cierra, creando así un paralelismo con la obra del escultor vasco" (citada por Gorka Hermosa, “Festival de Música y Danza de Granada”, 2002).

En palabras de la compositora gaditana Diana Pérez Custodio (Algeciras, Cádiz, 1970), Canción Dormida (ESTRENO) es una obra “fundamentada en el desarrollo riguroso de una estructura musical. La mano izquierda va repitiendo una sencilla melodía modal, que parte de los graves y que va subiendo de octava hasta agotar el registro por los agudos; a esta melodía, en ocasiones, se le añaden hasta dos voces más a modo de contrapunto, con la dificultad técnica que ello supone para el intérprete. La mano derecha comienza con unas veloces fusas cromáticas en el registro agudo, que a medida que van descendiendo hacia los graves van disminuyendo progresivamente la velocidad y volviendo a aumentarla hacia el final. Todo el proceso supone dos líneas cruzadas que dibujan un arco. La interpretación ha de ser, además de rigurosa, muy sutil; pues aunque parece que pasan muchas cosas, en realidad, pasan muy pocas, y ese estatismo, ese carácter repetitivo aunque haya algunos cambios cada vez, necesita de una dosis importante de sensibilidad por parte del intérprete para hacer los cambios a la vez evidentes y suaves.”

Estrenada en el Museo de Arte Moderno de Estrasburgo Francia, el 24 de noviembre del 2001; Lluvia (1998), para acordeón solo, de la compositora vasca Sofía Martínez Ramirez (Vitoria/Gasteiz,1965), fue un encargo de la Agrupación “Oiasso Novis”, dirigida por el acordeonista Iñaki Alberdi. En esta obra, inspirada en versos de F. García Lorca, según comenta la compositora: "el acordeón recrea un sonido de lluvia, y en el interior, hay un pequeño motivo musical, que poco a poco prolifera, crece contra cualquier pronóstico hasta el climax en la parte central. El pequeño motivo es semilla, representación de aquello pequeño que está en nuestro interior, y que despierta el poeta, "es un besar azul que recibe la tierra". Un trabajo rítmico extremadamente preciso me permite expresar las aceleraciones y rallentandos dentro del pulso regular, imagen de la lluvia, "la que nos trae las flores, y nos unge del espíritu santo de las flores". Los cambios que se producen en la obra son sobretodo a nivel rítmico y sobre el cambio de altura de las frecuencias. El hecho de que haya muchas notas ligadas es para que la melodía resuene, es como una continuidad en la música evocando la lluvia. Como decía el gran poeta: "¡Oh lluvia silenciosa que los árboles aman / y eres sobre el piano dulzura emocionante; / das al alma las mismas nieblas y resonancias/ que pones en el alma dormida del paisaje!" En un momento de la obra hay una referencia a una melodía del "Amor Brujo" de Falla, aunque con otro tratamiento rítmico y a otra velocidad, de tal manera que está integrado en la obra y en esa principal melodía; para mí, el hecho de tratar las referencias trae consigo un interesante contraste extramusical en la obra" (citada por el propio Iñaki Alberdi).

Originalmente un Trío para clarinete en si b, acordeón y contrabajo, basado en un relato corto del escritor italiano Giorgio Manganelli (1922 - 1990), una de las principales figuras surgidas de la Neoavanguardia y el Gruppo 63, corrientes literarias italianas de la segunda mitad del siglo XX. El Señor Vestido de Lino, de Cruz López Rego (1957) esta dedicada a Luisa Isabel Álvarez de Toledo y Maura (1936-2008), fue estrenada en una trascripción para orquesta durante la clausura del XXVIII Festival “A orillas del Guadalquivir” con la actuación, en el Auditorio de La Merced, de la Orquesta Camerata Austríaca de Linz, bajo la dirección de Juan Rodríguez Romero, en Sanlúcar de Barrameda, el 21 de agosto de 2008. Esta es la primera audición de la obra en su versión para acordeón sólo. En palabra de la compositora: “El señor vestido de lino, es una obra de carácter descriptivo, en ella, un hombre, el señor vestido de lino, se prepara cuidadosamente para pasar de las ocho a las nueve. No tiene que hacer nada más que recorrer el espacio de una hora solo “que debe recorrerla en tanto que tiempo”, nada más. Su estado aparentemente tranquilo irá descomponiéndose a medida que transcurren los segundos: ligeros temblores, palpitaciones, pánico, sudor, escalofríos… se cae de la silla y “se desmigaja”.
Concluimos el concierto con Me-a-Ri (“eco”), de Hyun Kyung Lim la obra, según una creativa descripción del compositor Steve Mobia, inicia con una delicada cascada de notas, que se transforman en un pulso, ritmo que parece constituirse en un vengativo pensamiento, concluyendo con una extensa sección en moderato que desemboca en continuas ondas armónicas, estratificando densidades que poco a poco van difuminándose.

Susan Campos Fonseca, directora y musicóloga.

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