La contaminación de las ciudades ha propiciado que los animales que en ellas habitan hayan variado sus capacidades para emitir sonidos, produciendo actualmente unos totalmente diferentes a los que emitían anteriormente. La alteración del hábitat natural está haciendo que los animales vean dificultada la capacidad de comunicación entre ellos. Algo de eso es lo que trato de reflejar en Hábitat, con sonidos de insectos, aves y clarinete bajo (el hombre).
La parte electroacústica de la obra está realizada en el Laboratorio de informática y electrónica musical (LIEM) del CDMC, con la colaboración de los técnicos Juan Ávila y Juan Andrés Beato.
Esta obra está escrita y dedicada a Harry Sparnaay.
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